Cómo tratar o prevenir la periostitis tibial

La periostitis tibial es una patología muy conocida y bastante recurrente en corredores, aunque no son los únicos que la padecen.

Es una patología que se presenta de forma recurrente con dolor o quemazón en el tercio medial y distal de la tibia, es un dolor que aparece normalmente a la hora de realizar actividad deportiva donde haya impacto, como correr, o actividades que requieran saltos continuados, por ejemplo, saltar a la comba.

¿Cuál es la fisiopatología de la periostitis tibial?

De forma historia siempre se ha pensado que este problema viene derivado de una inflamación del periostio (membrana situada en la parte exterior del hueso, el cual la utiliza para nutrirse), que ocurre a raíz de diferentes tensiones musculares.

Aunque esta hipótesis siempre había estado aceptada, en los últimos tiempos ha habido algunos estudios que la rebaten y explican que el problema puede venir más del propio hueso, debido a que recibe una carga desmesurada o a la que no está adaptada, generando una irritación y provocando que el hueso se convierta en una estructura irritante.

Aunque el origen del dolor puede ser sujeto a debate, sí que podemos tener más o menos claras cuáles son los factores de riesgo principales.

¿Qué factores de riesgo hay?

  • Sobrepeso: Sabemos que puede afectar en este tipo de problemas, ya que, si corremos demasiado con un sobrepeso, es obvio que estamos realizando una carga muy grande a nuestras estructuras.
  • Excesiva pronación: Cuando la mecánica del pie no es del toda correcta y pronamos en exceso, parece ser que provocamos una transferencia de cargas poco eficiente, produciendo irritación en los tejidos.
  • Exceso de entrenamiento: Por supuesto si nuestras cargas de entrenos son muy superiores a la que nuestros tejidos están adaptados acabaremos produciendo futuras lesiones, por lo tanto, siempre deberemos hacer un aumento de carga de entreno progresivo.
  • Debilidad estabilizadores cadera: Sabemos que cuando nuestra musculatura no tiene la capacidad suficiente para estabilizar la cadera a la hora de correr o saltar, esto acaba produciendo patrones biomecánicos en el movimiento que suele inducir en posibles lesiones, ya que hacemos una demanda excesiva a nuestras articulaciones al realizar los movimientos de una manera poco eficiente.
  • Haber sufrido la lesión: Cuando ya hemos padecido este tipo de problemas, es mucho más fácil tener una recidiva.

¿Cómo tratar o prevenir la periostitis tibial?

Teniendo en cuenta cuales son los factores de riesgo no debería ser demasiado complicado poder realizar un tratamiento de esta lesión.

Por una parte, deberemos tener en cuenta todo el tema de la adaptación a carga que hemos comentado, por lo tanto, deberemos aumentar la cantidad de ejercicio de manera progresiva.

También deberemos fijar una parte de nuestro tiempo en el trabajo de fuerza, para potenciar cierta musculatura que a la hora de realizar la actividad física ayude a que nuestras articulaciones no colapsen dándoles más estabilidad, como por ejemplo a nuestros glúteos o bien a nuestros tibiales.

Será recomendable, valorar el estado de las articulaciones (tobillo, rodilla y cadera) y su movilidad, ya que de forma habitual en estos casos no encontramos con ciertos déficits de movilidad en alguna articulación en la cual será importante de tratar.

Por último, poner algo de atención en el tejido muscular, aunque sabemos que el origen del dolor es mas a causa del hueso y no de la musculatura, de manera frecuente nos encontramos con la activación de puntos gatillo en el tibial, que causan dolor referido en el área donde aparece el principal dolor, así que no está de más tratas el aspecto miofascial, ya sea con punción seca o técnicas manuales.

Desde Vilalta, nuestra clínica de fisioterapia en Sitges trabajamos para realizar una recuperación completa y óptima para el paciente, recomendado lo que sea necesaria para evitar y prevenir lesiones.

 

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