La fiabilidad en las prueba de imagen

Hoy en día es muy habitual que cuando tenemos algún tipo de dolor o molestia acudamos al médico y este nos mande hacer una prueba de imagen (radiografía, resonancia, tac, etc.) y así poder darnos un diagnóstico, ¿Pero son siempre fiables estos diagnósticos?

Con la tecnología que disponemos en la actualidad el diagnóstico por imagen se ha vuelto un arma muy poderosa para evaluar problemas pero que por sí sola puede volverse estéril o incluso perjudicial para el paciente, y os preguntaréis: ¿Cómo es esto posible? Para entenderlo tenemos que saber cómo diagnostican los profesionales.

¿En qué se basa el diagnóstico?

El diagnóstico es un proceso muy complejo en cual se caracteriza en varios componentes:

  • Conocimientos previos del profesional
  • Información que nos facilita el paciente (anamnesis)
  • Información recibida por diferentes test (ortopédicos, radiografías, rmn, etc.)
  • Capacidad del profesional de integrar los componentes anteriores (razonamiento clínico)

Por lo tanto, entendemos que es necesario un conocimiento profundo y preciso de la patología y la anatomía, con el cual con la información recibida a través de la anamnesis (¿Cuándo duele?, ¿Dónde duele?, ¿Cómo es el dolor?, etc.) el profesional podrá realizar una hipótesis de que le pasa al paciente, la cual la confirmará o no con los test específicos y las pruebas complementarias (radiografía, resonancia, etc.).

Una vez llegados a este punto el profesional empezará el tratamiento, si este resulta eficaz podremos pensar que su hipótesis es correcta, en caso contrario se deberán revisar de nuevo todos los pasos anteriores para ver donde se ha cometido el error.

Visto esto no damos cuenta que el diagnóstico por imagen solo es una parte del diagnóstico total, siendo a veces totalmente necesario y otras prescindible para llegar al resultado final. Por lo tanto, si solo utilizamos este para valorar el problema comprendemos que obviamos mucha información importante, lo cual nos puede inducir fácilmente al error.

¿Pero cómo puede llegar a ser perjudicial?

Principalmente como ya hemos dicho inducirá al error de diagnóstico y no tendremos un tratamiento adecuado. Además, es posible que provoque creencias erróneas e incluso miedos infundados.

¿Cómo puede crear falsas creencias?

Para comprender esto usaremos algunos ejemplos para facilitarlo. Las pruebas de imagen de forma simple no dejan de ser fotos del interior de nuestro cuerpo, viendo los diferentes tejidos (huesos, músculos, nervios, etc.), con esta foto vemos el estado de estos tejidos (sombreado, forma, alteraciones anatómicas, etc.) e interpretamos cual es el problema, pero no siempre estos datos son relevantes con nuestros problemas.

Durante el transcurso de la vida nuestros tejidos sufren cambios y alteraciones propios de la misma naturaleza o de la propia genética del individuo. De manera visible lo podemos ejemplificar con las canas o las arrugas, que, aunque no nos guste, no tiene que significar que esté pasando algo anormal o malo.

Lo mismo pasa con nuestros tejidos, el ejemplo más claro es la hernia discal (aunque pasa con más tejidos), temida por mucha gente. De forma general es un problema que suele causar bastante incapacidad y miedo de realizar ciertas actividades al individuo. ¿pero que dice la ciencia de ella? Pues que no es tan grave. A partir de los 30 años un 60% de la población suele presentar una hernia en una prueba de imagen, de los cuales solo un 10% son sintomáticos.

A veces el simple hecho de saber que la tenemos nos puede crear miedo, focalizar nuestra atención en eso y obviar otras señales, cosa que la estadística indica que no debería ser así, generando un problema donde no lo había.

Y es aquí donde nos damos cuenta de la importancia de integrar todos los elementos comentados anteriormente en un diagnóstico y no solo utilizar uno, porque vemos que probablemente inducirá a error y puede llegar a crear otros problemas que antes no teníamos.

En este caso vemos claramente que una imagen no vale más que 1000 palabras.

Desde Vilalta, nuestra clínica de fisioterapia en Sitges, trabajamos de manera integrativa con estos conceptos para poder dar un buen diagnóstico y un buen tratamiento a nuestros pacientes.

 

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