El esquí es un deporte invernal que no está exento de provocar lesiones. Por eso, tener una preparación previa y saber cuáles son las lesiones más comunes que se producen en la práctica del esquí nos va a ayudar a saber anticiparnos a lo que nos puede pasar y, en caso de que igualmente tengamos una de estas lesiones, saber cómo tratarla.
¿Por qué la gente se lesiona practicando este deporte?
Para que se produzcan lesiones en la práctica del esquí podemos distinguir varios tipos de factores: los externos, entre los que podemos nombrar la climatología, el estado de la pista, las piedras en mitad de la pista, las roturas de los esquíes o un atropello por parte de otra persona; y los intrínsecos, como el cansancio, la indumentaria o la falta de condición física. Estos últimos factores son los que sí podemos controlar para evitar lesiones en la práctica del esquí.
Lesiones más habituales en la práctica del esquí
Lesiones de rodilla
En este apartado vamos a destacar tres tipos de lesión. En primer lugar, la rotura del ligamento cruzado anterior, algo que es muy frecuente al hacer giros bruscos con la rodilla o el tronco en situaciones de caída. En segundo lugar, la rotura del ligamento lateral interno a causa de un movimiento forzado durante una caída. Por último, la rotura del menisco interno, algo con lo que hay que tener cuidado.
Luxación de hombro
Esta lesión se puede producir si caes hacia delante con los brazos. Lo mejor es no tratar de colocar el hombro y dejar que lo haga el profesional sanitario cuando te atienda. Hacerlo sin tener un conocimiento previo puede llegar a ser peligroso, debido a la sensibilidad del plexo braquial.
Otras patologías frecuentes
Vamos a hablar de tres lesiones más. Por un lado, tenemos el famoso “dedo del esquiador”, que se produce cuando el pulgar se queda enganchado a la correa del bastón y se produce una hiperlaxitud.Por otra parte, las contusiones por golpes son también habituales en estas situaciones, a causa de las caídas. Y no hay que olvidar las lumbalgias, también frecuentes y producidas por la hiperflexión de tronco y piernas.
¿Qué se puede hacer para prevenir este tipo de lesiones?
Lo mejor que puedes hacer es preparar bien la temporada haciendo ejercicios de CORE para la estabilidad lumbar y el fortalecimiento de las rodillas; (unas 4 o 6 semanas antes de ir a la montaña) y ejercitando los cuádriceps, isquiotibiales y gemelos. También es buena idea hacer ejercicios cardiovasculares un par de veces por semana para evitar el cansancio.
Por supuesto, debes evitar el sobrepeso, porque correrás menos riesgo de hacerte daño en los giros y estarás más ágil, lo cual siempre es positivo.
Debes saber cuál es tu nivel y no hacer cosas para las que no estés preparado o preparada. Además debes cuidar la alimentación y descansar bien el día anterior a la práctica del esquí.
Pero lo más importante es una buena preparación, tanto física como mental. Esto es clave para que, al menos en gran parte, los riesgos de hacerse daño sean los mínimos.